Por su elevada toxicidad y la relativa abundancia en los bosques, la Amanita phalloides es la seta más peligrosa, causante de la mayoría de las intoxicaciones mortales. Es un hongo que crece en lugares húmedos y sombríos, de color variable de pardo a amarillo o verdoso, con lámina de color blanco bajo el sombrero.
Tiene una forma típica de seta, un porte airoso, un pie esbelto con anillo de color blanco, el sombrero centrado luciendo un color verde oliváceo, aunque muchas veces tiende hacia el amarillo, encontrándose ejemplares blanquecinos. Las láminas son blancas pudiendo tener reflejos verdosos.
Esta Amanita se puede confundir con algunas especies como la Russula de color verde, pero esta última no tiene ni volva ni anillo o con la Psalliota (Agaricus arvensis) que tienen anillo, pero no volva, y sus láminas son rosadas.
nota: Volva: es un estuche membranoso que abraza a la base del pie de algunas setas y viene a ser una envoltura blanca muy caracteristica en las especies de algunas familias.
Hay que tener en cuenta que la volva puede quedar tapada con el musgo o la hojarasca, por lo que no resulta visible a un primer golpe de vista, por lo que es necesario, en estos caso, arrancar entera la seta en cuestión para comprobar la existencia o no de volva, ya que este último extremo daría la clave, en muchos casos, para una correcta identificación.
Otras dos Amanitas sumamente tóxicas y de aspecto similar son: La Amanita verna, que se reproduce en primavera y la Amanita virosa, que es una seta de otoño, aunque es menos frecuente que la phalloides.
El hábitat más frecuente de todas estas Amanitas son los bosques de hoja ancha.
Síntomas
Los primeros síntomas de intoxicación se presentan al cabo de algunas horas de haber ingerido las setas, normalmente entre ocho y diez horas.
La primera etapa son de tipo gastrointestinal (6 a 24 horas):
Tiene una forma típica de seta, un porte airoso, un pie esbelto con anillo de color blanco, el sombrero centrado luciendo un color verde oliváceo, aunque muchas veces tiende hacia el amarillo, encontrándose ejemplares blanquecinos. Las láminas son blancas pudiendo tener reflejos verdosos.
Patogenia
La amanita posee al menos dos potentes tipos de toxinas: amatoxinas y phallotoxinas, que son péptidos bicíclicos. Las amatoxinas determinan daño hepatocelular gracias a su capacidad de inhibir la enzima RNA topoisomerasa II bloqueando la transcripción de genes en el núcleo del hepatocito. La alfa-amanitina es extremadamente tóxica: 5 mg son capaces de producir la muerte de un adulto. Un píleo (“sombrero”) promedio contiene 30 a 90 mg de esta sustancia. La alfa-amanitina puede ser detectada por radioinmunoensayo en sangre u orina, aunque su determinación no se realiza rutinariamente. Las toxinas no se inactivan con la cocción.
Esta Amanita se puede confundir con algunas especies como la Russula de color verde, pero esta última no tiene ni volva ni anillo o con la Psalliota (Agaricus arvensis) que tienen anillo, pero no volva, y sus láminas son rosadas.
nota: Volva: es un estuche membranoso que abraza a la base del pie de algunas setas y viene a ser una envoltura blanca muy caracteristica en las especies de algunas familias.
Hay que tener en cuenta que la volva puede quedar tapada con el musgo o la hojarasca, por lo que no resulta visible a un primer golpe de vista, por lo que es necesario, en estos caso, arrancar entera la seta en cuestión para comprobar la existencia o no de volva, ya que este último extremo daría la clave, en muchos casos, para una correcta identificación.
Otras dos Amanitas sumamente tóxicas y de aspecto similar son: La Amanita verna, que se reproduce en primavera y la Amanita virosa, que es una seta de otoño, aunque es menos frecuente que la phalloides.
El hábitat más frecuente de todas estas Amanitas son los bosques de hoja ancha.
Síntomas
Los primeros síntomas de intoxicación se presentan al cabo de algunas horas de haber ingerido las setas, normalmente entre ocho y diez horas.
La primera etapa son de tipo gastrointestinal (6 a 24 horas):
- Dolor abdominal
- Naúseas
- Diarrea intensa
- Vómitos continuos
- Deshidratación
- Fiebre
- Hipertensión
- Alteraciones hidroelectrolicas.
- Los síntomas iniciales mejoran, aunque las alteraciones hepáticas y renales pueden seguir progresando.
- Ictericia
- Encefalopatía
- Insuficiencia hepática
- y empeoramiento del estado general.
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